domingo, 30 de junio de 2019

Expandir tus alas




Y llega un momento en el que nos encontramos en el límite, justo al borde del abismo y debemos tomar una decisión y esa decisión tiene un solo paso, puede ser hacia el frente o hacia atrás.
Pero no es fácil, no sabemos realmente qué hacer, porque si vamos atrás, estaríamos regresando a lo que ya fuimos, a eso que conocemos y que fue lo que nos trajo al lugar en donde estamos en este preciso momento, ¿pero seremos capaces de vivir con eso, de saber que podemos volver a tropezar con las mismas piedras, caer en el mismo lugar del cual ya nos levantamos y caminar sobre las espinas que ya antes nos habían hecho daño?.
Pero, ¿Y si vamos al frente? Que nos podría esperar, tal vez el fin de nuestro camino y sufrimiento, o tal vez el renacimiento.
Porque creo que hay dos formas para poder volar, una de ellas es naciendo con alas y para eso tendrías que ser un ángel. La otra es aprendiendo a colocarnos nuestras propias alas. Aunque he descubierto que todos las tenemos, solo que no hemos aprendido a usarlas.

Creo que la mejor forma de aprender a utilizarlas es, tocando fondo, dando el paso hacia adelante. En ese momento solo tendrás dos opciones, o expandes tus alas para levantar vuelo o caes tan fuerte, que quedarás destrozado y no tendrás la fuerza para levantarte de nuevo.

Y a pesar de haber sufrido lo suficiente como para dar el paso hacia el frente, siempre nos quedará una parte que no ha sido maltratada, una parte de nosotros que jamás podrá ser lastimada realmente y mientras respiremos y nuestro cuerpo se mueva, esa parte de nosotros seguirá intacta.

Podrán lastimar nuestros sentimientos, nuestra confianza, nuestro orgullo, incluso nuestra alma, pero jamás podrán lastimar nuestro espíritu y mientras nuestro espíritu siga vivo en nosotros, podemos volar. Podemos levantarnos ante cualquier adversidad y volar tan alto, que aquellos obstáculos que alguna vez se interpusieron en nuestro camino, solo serán retos y experiencias que evitaremos mientras planeamos sobre ellos.

No sé si seré capaz de expandir mis alas a tiempo para salir del abismo y evitar azotarme contra el piso, pero estoy seguro de que si no lo hago, aunque caiga y quede roto en mil pedazos, mi espíritu me acompañará hasta que me vuelva a levantar y entonces, tal vez entonces, yo este preparado para emprender vuelo.

By: Yackley.