sábado, 28 de septiembre de 2019

Un lugar mejor




Y me dijo:
Si de verdad quieres irte, pues vete, pero primero deberías asegurarte de que el lugar a donde quieres ir, realmente existe. Porque en este momento lo que vives, lo que estas pasando, las situaciones, todo eso nos hace parecer que nuestra vida es horrible, que es una ຕɪєяɗα.
(trato de censurar la palabra, no porque me parezca ofensiva, sino porque el navegador la censura totalmente). Pero estamos aquí y es todo lo que tenemos en este momento, así que deberías mejor tratar de disfrutar lo que tienes, yo sé que seguramente estarás pensando o dirás, -pero si no tengo nada- pues déjame decirte que, si estás pensando o diciendo tal cosa, lo tienes todo, tienes vida, tienes voz y muy probablemente tienes la capacidad de moverte libremente hacia donde tú quieras. Pero eso son solo condiciones básicas del ser humano, cuando te digo que lo tienes todo, me refiero a que tienes la oportunidad de empezar de cero, de trazarte un nuevo camino por el cual caminarás muy tranquilo y seguro, pues ya conoces los obstáculos.
Y no quiero sermonear, como lo haría normalmente la sociedad actual, esa misma que dice: queremos una vida diferente, una sociedad en donde todos nos respetemos y amemos entre sí, que como mínimo cumpliéramos ese mandato divino. Pero no, amamos más las cosas materiales y nos enamoramos de lo que para nuestra vista es agradable, solo queremos algo que podemos disfrutar y en el momento en que nos parece complicado, simplemente lo abandonamos, del mismo modo en que nuestro espíritu luchador nos abandona lentamente cada vez que lo hacemos, o convertimos nuestros sueños en objetivos económicos, siendo estos, solo simples ambiciones.

Seguramente no te interesa la sociedad, la humanidad y todas sus mentes enfermas, por no mencionar de nuevo la palabra censurada. Pero déjame decirte que, aunque suene odioso, vas a tener que aceptarla de cualquier forma. ¿por qué?  Pues según lo que he escuchado hasta ahora, si te vas, estarías yéndote por la culpa. Pero si decides quedarte, tendrás que convivir con ella. Vas a tener que aprender que, de las palabras, las acciones y de todo aquello que afecte nuestros sentimientos y nuestro espíritu, solo nos hará daño, lo que nosotros decidamos que puede hacernos daño, así que, en este instante la felicidad, el sufrimiento y tu vida misma, están en tus manos.
Ahora te pregunto, ¿te gustaría quedarte y hacer de este un lugar mejor, o prefieres ese lugar mejor al que dices quierer ir, pero que ni tú, ni yo, ni nadie que esté con vida hasta ahora sabe si realmente existe?.

Creo que terminé un poco confundido, pero había algo que tenía claro, quería quedarme y demostrarle al mundo que podía, que no era tan cobarde como para rendirme en ese momento, que buscaría la felicidad dentro de mi y la alimentaría de las cosas que le dieran tranquilidad y felicidad a mi espíritu. Y lo más importante, que podía compartir esa felicidad con los demás.

Pues si soy la fuente de mi propia felicidad, para que me  la quiten, tendrán que apagar esa fuente, pero aun cuando se apague, la felicidad seguirá siendo mía.

Anónimo.

By: Yackley

domingo, 30 de junio de 2019

Expandir tus alas




Y llega un momento en el que nos encontramos en el límite, justo al borde del abismo y debemos tomar una decisión y esa decisión tiene un solo paso, puede ser hacia el frente o hacia atrás.
Pero no es fácil, no sabemos realmente qué hacer, porque si vamos atrás, estaríamos regresando a lo que ya fuimos, a eso que conocemos y que fue lo que nos trajo al lugar en donde estamos en este preciso momento, ¿pero seremos capaces de vivir con eso, de saber que podemos volver a tropezar con las mismas piedras, caer en el mismo lugar del cual ya nos levantamos y caminar sobre las espinas que ya antes nos habían hecho daño?.
Pero, ¿Y si vamos al frente? Que nos podría esperar, tal vez el fin de nuestro camino y sufrimiento, o tal vez el renacimiento.
Porque creo que hay dos formas para poder volar, una de ellas es naciendo con alas y para eso tendrías que ser un ángel. La otra es aprendiendo a colocarnos nuestras propias alas. Aunque he descubierto que todos las tenemos, solo que no hemos aprendido a usarlas.

Creo que la mejor forma de aprender a utilizarlas es, tocando fondo, dando el paso hacia adelante. En ese momento solo tendrás dos opciones, o expandes tus alas para levantar vuelo o caes tan fuerte, que quedarás destrozado y no tendrás la fuerza para levantarte de nuevo.

Y a pesar de haber sufrido lo suficiente como para dar el paso hacia el frente, siempre nos quedará una parte que no ha sido maltratada, una parte de nosotros que jamás podrá ser lastimada realmente y mientras respiremos y nuestro cuerpo se mueva, esa parte de nosotros seguirá intacta.

Podrán lastimar nuestros sentimientos, nuestra confianza, nuestro orgullo, incluso nuestra alma, pero jamás podrán lastimar nuestro espíritu y mientras nuestro espíritu siga vivo en nosotros, podemos volar. Podemos levantarnos ante cualquier adversidad y volar tan alto, que aquellos obstáculos que alguna vez se interpusieron en nuestro camino, solo serán retos y experiencias que evitaremos mientras planeamos sobre ellos.

No sé si seré capaz de expandir mis alas a tiempo para salir del abismo y evitar azotarme contra el piso, pero estoy seguro de que si no lo hago, aunque caiga y quede roto en mil pedazos, mi espíritu me acompañará hasta que me vuelva a levantar y entonces, tal vez entonces, yo este preparado para emprender vuelo.

By: Yackley.

sábado, 30 de marzo de 2019

Amante sobrio


¿Estas ebrio? -No, pero me habría gustado estarlo cuando la conocí, hubiese querido estar tan ebrio, como lo estuve el tiempo que compartimos juntos, estuve embriagado de amor, pero esta vez me embriago por desamor.
Esa fue la respuesta de aquel hombre sentado en la barra de un bar poco concurrido y bebía unos tragos de tequila de manera acelerada. Parecía feliz, un hombre que disfrutaba de sus tragos como si nada le importase, como si para él no hubiera mañana, tan feliz se veía, que tuve curiosidad y me acerqué para preguntar cuál era el motivo de su celebración.
Pero me sorprendí al acercarme y observar que su rostro reflejaba una gran tristeza y a la vez, una lagrima rodaba por aquel rostro afligido. Yo no sé mucho de sentimientos, y menos de los que dicen ser reales, pero aquel hombre expresaba  un profundo dolor, de esos que solo sienten las personas que amaron de verdad, lo sé, porque he visto a una gran cantidad de personas pasar por la misma situación y sufrir tanto por un desamor, que hace parecer que jamás se van recuperar, a veces hasta he llegado a creer que las personas si se mueren a causa de un desamor, pero no conozco el primer caso confirmado.
-Amigo, lo llamé, y lo salude amablemente, con la misma amabilidad que el me saludo y me invitó a un trago, me pidió casi suplicando que por favor escuchara su historia.
-Mi intención no es aburrirte… me dijo, yo sé que vienes a este lugar a disfrutar o talvez a celebrar algún momento de tu vida que te hace feliz, pero estaría muy agradecido si me escuchara. Yo sé que su historia tal vez no será la única, pues a muchos les ha pasado, que a causa del amor, han tenido que vivir momentos desastrosos en sus vida, pero lo que él estaba viviendo parecía ser algo diferente, complicado, más bien parecía una historia vivida dentro de un sueño o una pesadilla, que al momento de despertar, solo queda el sabor amargo de la triste realidad y a veces quisieras volver a dormir para no despertar jamás.
-Aquí la conocí, me dijo, en esta barra, un sábado por la noche cuando llegué a este lugar como era de costumbre, aquí donde vengo a desconectarme del mundo real para olvidar un poco los problemas y los muchos ratos amargos que nos da la vida. Sentado en esta misma silla, el mesero no terminaba aun de servir mi primera copa, cuando en la silla de enseguida, esa misma que se encuentra vacía hoy, se sentó una mujer hermosa, eso fue lo primero que pensé, no había visto a una mujer tan bella hasta entonces, parecía que hubiese llegado del mismo cielo, para mí, lo que veía era lo más cercano a un ángel. En ese instante olvide que el mesero ya había servido la copa y que la tenía  mi mano y al intentar levantarme de la silla para acercarme a ella con la intención de hablarle, derrame toda la bebida sobre la barra y sobre parte de mi cuerpo, me sentí estúpido en ese instante, pero ella saco un pañuelo y lo ofreció para que me secase, accedí y luego de terminar le di las gracias con la voz un poco temblorosa, di media vuelta para marcharme cuando me dijo: “espera, cuál es tu nombre”, me quede mudo, no pude descifrar en ese momento si fue pánico o emoción lo que sentí, si estaba sorprendido o simplemente ella tenía el poder de hacer que eso me pasara, “está bien si no hay nombre, pero, te importaría acompañarme a beber un trago, pues creo que aquella copa que derramaste era la primera, y no sería justo que salgas de aquí sin beber por lo menos una, yo invito”.
-Está bien, le respondí, arrastrando un poco mi silla, la acerqué hacia donde ella estaba y luego de sentarme pedí de nuevo una copa. Me empezó a platicar un poco de su vida, de lo que hacía y como se las había arreglado para venir a parar a un lugar como este, en donde normalmente se veían hombres con muy pocos modales, que solo buscaban ahogar sus penas en licor. Para alguien que trabaja en una empresa de gran prestigio, y que de seguro también recibía un prestigioso salario, este lugar lo podría describir como un antro, y precisamente era esa la razón por la cual había elegido venir hasta aquí, porque quería estar sola, en un lugar donde no la conocieran  y así poder desahogar sus penas como mucha gente lo hace, en el alcohol y la soledad.
Tuvimos una larga conversación, tanto hablamos, que cuando miré mi reloj, ya había pasado la media noche y pronto tendría que partir, pues al día siguiente tenía turno en mi trabajo. Hasta ese momento, aun no sabía que la trajo hasta aquí. Entonces tuve que averiguar, debido a que la notaba un tanto inquieta, creo que deseaba que le preguntara sobre lo que le pasaba. Me confesó que la verdadera razón por la que se encontraba en ese lugar, era porque se acababa de enterar que el hombre que ella amaba y con quien se había jurado amor eterno, la estaba traicionando, pero se enteró de la peor manera, de una manera que no deja espacio a la duda y tal vez, de la manera que más duele, lo vio con sus propios ojos, justo ese día al llegar a su trabajo le informaron que la empresa no prestaría servicio, así que decidió volver a casa sin avisar, para darle la sorpresa a su esposo, ya que ella pasaba mucho tiempo en la oficina y era poco lo que realmente compartían, pero la sorpresa se la llevó ella cuando al llegar a casa descubrió semejante escena.
-Es algo que le puede pasar a cualquiera y más en esta época en donde prima el comportamiento desleal, esa fue mi única respuesta. Pero luego entendí que cada persona siente un dolor diferente dependiendo de lo que su mente le permita. Así que traté de ser amable y consolarla a mi manera y le pedí que escuchara una historia que le sucedió a una persona cercana a mí.
Era una mujer la cual llevaba una relación amorosa por más de tres años, ella amaba a esa persona con la que había disfrutado cada segundo del tiempo que habían compartido.
Un día, cuando ella pensaba que la relación estaba en el mejor momento y que nada en el mudo los podía separar, recibo una noticia de las que a nadie le gustaría recibir, sonó su teléfono celular y al contestar, era el doctor que llamaba para informarle que su madre se encontraba hospitalizada y que ella era requerida con urgencia, salió deprisa para allá y  al llegar al hospital, se enteró de que su madre había sido diagnosticada con una rara enfermedad, que ya estaba avanzada y que solo se podía tratar durante un tiempo, mas no se podría curar. Desde aquel día la vida le cambio por completo, primero no podía dejar su trabajo, ya que ella era hija única y era quien respondía y cuidaba de su madre, pues de su padre no volvió a tener noticia desde los cinco años, entro en un estado de estrés, depresión y tristeza que combinados, se empezaron a reflejar en su físico, esto causó, que de aquel hombre a quien ella amaba, empezara a recibir cada día menos apoyo, lo sentía cada vez más distante, hasta el punto de llegar creer  que su amor por ella había terminado, pero aun así, seguía confiando en él y trataba de estar pendiente de su madre, su pareja y trabajo al mismo tiempo, algo que realmente le costaba mucho y esperaba que el valorara lo que hacía.
Tal vez no fue suficiente, pues un día cualquiera al llegar a casa lo encontró en su cama con otra mujer, sintió como si se le despegara  la carne de los huesos, en ese instante llegó a creer que el mudo había acabado para ella, salió corriendo de su casa y buscó un lugar en donde pudiera pasar un rato a solas y pensar en todo lo que estaba pasando. Lo primero que hizo, fue entrar a un bar y pedir unos tragos para amortiguar un poco el dolor que sentía su corazón. No había pasado mucho tiempo, cuando se le acercó un hombre joven y apuesto, este le preguntó que le sucedía, ella le conto todo lo que había pasado con su pareja, también la situación que viva con su madre y su trabajo. Resulta que aquel hombre, a pesar de su edad era un reconocido y experimentado medico investigador y por esos días pasaba por una situación difícil, pues había tenido éxito con algunas pruebas que llevaba a cabo para crear un nuevo tipo medicina, pero esa dedicación y disciplina que requería su trabajo hizo que su relación amorosa se destruyera y se encontraba en ese lugar, tal vez buscando lo mismo que ella buscaba, el consuelo en el alcohol.
Pudo haber sido coincidencia, quizá fue el destino, o tal vez Dios mismo junto ambos caminos en aquel lugar, para que se diera paso a una de las mejores historias de amor que haya podido escuchar en mi vida, pues luego de ese agradable encuentro, este hombre le hizo una propuesta un poco difícil de rechazar estando en esa situación, le propuso que ella trasladara a su madre al centro de investigación que él tenía para que probaran su nuevo descubrimiento, ella no lo pensó mucho y aceptó, pues al final no era tanto lo que podría perder, ya que el diagnostico era desfavorable según los médicos. Pero la mejor noticia fue, que después de un largo tratamiento, la medicina empezó a hacer efecto positivo, hasta el punto de que su madre se recuperara en un cien por ciento, ella estaba tan agradecida, pero a la vez angustiada, pues no sabía cómo iba a pagar tan costoso tratamiento, aunque el médico aun no le había mencionado costo alguno, ella suponía que no lo pagaría ni en la otra vida, ya literalmente había salvado la vida de su madre, aun así, se atrevió a preguntar, pero la sorpresa fue cuando el médico le contestó, “no me debes nada” ella no lo podía creer, tanto así que pregunto de nuevo, pero recibió la misma respuesta “no me debes nada” ella, por supuesto acepto con mucho agrado.
Y a partir de aquel día se empezaron a hacer más comunes las salidas entre ellos dos, hasta el punto de llegar a formar una relación, tan bien se comprendieron, que hoy están felizmente cazados, tienen un par de hijos, con quienes conforman un exitoso hogar.
Luego de que le contara aquella historia, la vi un poco más animada, aunque ya habíamos bebido cada uno, un par de copas más, pasamos un largo rato bebiendo y conversando acerca de nuestras vidas, tanto hablamos, que a mi mente llegaron recuerdos que ya creía olvidados. El tiempo se había pasado volando y era ya casi de madrugada cuando decidimos partir a casa, abordamos un taxi, en el cual pasaríamos primero por su casa, luego yo seguiría mi camino, así sucedió, solo que al momento de llegar a su casa, yo decidí acompañarla hasta su puerta, mientras el taxi me esperaba en la calle, ella abrió la puerta de su casa y antes de entrar giró para despedirse,  fue ahí cuando tome el valor o tal vez el valor me lo había dado las copas que tomé antes en el bar, pero apreté fuerte su mano y le di un beso, un beso que ella lo hizo apasionado, de esos besos que parecen el primero, aunque ya lo hayas vivido antes, fue largo y duradero, fue tan extenso, que el taxista empezó a sonar su bocina para que me apresurara, en realidad no quería que acabara, pero ya era hora de partir, así que me despedí, abordé de nuevo el taxi y me fuí reproduciendo ese beso en mi mente hasta llegar a mi casa.
Paso una semana después de aquel día, ¿pero ni una llamada ni un mensaje? Claro, pero como iba suceder eso, si entre todo lo que hablamos, jamás mencionamos números de teléfono.
Así que la única esperanza que me quedaba era regresar de nuevo al bar y esperar a que en algún momento ella apareciera y llegara a sentarse a mi lado.
Así sucedió, llegó al bar y estaba tan hermosa como la última vez ve la vi, pidió un trago y sentó en el mismo lugar, luego se dirigió hacia mí y me saludo con un beso en la mejilla, yo me sonrojé en el instante, ella parecía estar más tranquila, hasta llegué a pensar que no se acordaba de lo que había pasado esa noche, yo traté de recordarle hablando un poco del tema y reviviendo los recuerdos del pasado. Resulta que ella si recordaba, solo que no lo quería aceptar, porque llegó a sentir algo diferente aquella noche y no quería enamorarse de nuevo, por lo menos no tan rápido, también, porque podría hacerle daño a la persona de la que se enamorara.
A mí no me importaba en realidad, así que insistí en intentar convencerla de eso , hasta que ella cedió un poco y reconoció que lo que sintió aquella noche había sido diferente, diferente a lo que pudo haber sentido antes, pero igual a lo que yo sentía en ese momento, era un juego del destino, ponerme en ese lugar con una persona que acababa de fracasar en el amor, sabiendo que yo en esa rama tenía experiencia, sabiendo aún que a ese lugar llegué precisamente huyendo del amor, porque ya no creía que podía enamorarme otra vez, pero seguía creyendo en el amor, estaba tan seguro de que existía, l por eso prefería estar en lugares donde yo sabía que era casi imposible que el amor llegase a encontrarme. Pero me enamoré, me enamoré tanto como ella de mí y desde aquel día vivimos una historia de amor increíble, una historia de amor diferente, tan diferente como lo que sentíamos uno por el otro. Una historia que prefiero no contar, pues soy de las personas que piensan que cada quien debe crear, vivir y contar su propia historia de amor, y que se debe guardar los mejores momentos en la memoria, y los malos momentos, narrarlos de vez en cuando, para que más parejas o personas que están pensando en vivir alguna historia de amor, puedan evitar pasar por esas circunstancias, o por lo menos tratar.
Pero bueno, eso fue hasta hoy, hasta hoy pude vivir mi propia historia y no puedo negar que fue una de las mejores y que la disfruté al máximo, como acostumbro a disfrutar cada día y cada momento en mi vida. Pero como fué una historia que empezó en medio del fracaso, no me podía sorprender que terminara fracasando y se sumara a una más de esas historias tristes que a nadie le gustaría contar o vivir. Sucedió un día cualquiera,  y en el lugar menos esperado. Yo había ido a cine aquel día, fui solo, pues lo hacía esporádicamente porque me sentía bien al hacerlo, Llegué a la taquilla pedí mi entrada, luego compré algo de comer y me dispuse a ingresar a la función. Había pedido preferencial, por comodidad, pero no me había percatado, de que unas cuantas filas más abajo estaba mi novia, se me hizo extraño, ya que hasta donde yo sabía ella no era muy amante al cine, ¿entonces que hacía ese día ahí?, sola no creo que estuviera. Precisamente…  un frio recorrió mi cuerpo, pues me imagine lo peor, aunque no creo que ese día funcionara aquel refrán que dice: “como imagines las cosas, así sucederán” ya que yo me lo imaginé después de.
…En todo caso, me quedé esperando, para averiguar que pasaba y por qué se encontraba en ese lugar, me recosté sobre la silla, tratando de ocultarme un poco, tanto me concentre en mi novia, que si en este momento me preguntaras, ¿de qué trataba la película?, no sabría decirte, pero si podría contar con lujo de detalles lo que sucedió con mi novia, incluido movimientos y gestos. Para mi sorpresa, me enteré de lo mismo que ya había pasado por mi mente cuando entré en aquella sala y la observé ahí, mi novia me engañaba y con la persona que menos imaginaba, era su mejor amigo quien estaba con ella, llegó un momento en que se abrazaron y se besaron, se besaron como si se amaran desde hace mucho tiempo, hasta llegué a pensar que  para ella yo era el amante y que el otro hombre que estaba con ella en ese momento era su principal amor. En ese momento no fuí capaz de acercarme y hablarle, pues no sabía que me dolía más, si la traición de ella o mi maldita ingenuidad. Mi único recurso fue tomar mi celular y grabar lo que estaba pasando, de esa manera tendría una prueba al momento de reclamar.
Así termino ese día, luego de eso me fui a  casa y decidí no llamarla, pues al día siguiente habíamos quedado en un sitio de la ciudad para tomarnos un café y hablar un poco. Yo llegué más temprano de lo normal al lugar, solo esperaba que ella apareciera y así poder reclamar lo que me había hecho el día anterior y que me estaba carcomiendo por dentro y por fuera. Pues de nuevo me acobardé cuando la vi acercarse, no tuve el valor de levantarme y decir lo que había planeado para ese momento. Creo que ella sospechó algo, porque solo le di un beso en la mejilla, luego de eso, ella se sentó frente a mí en la mesa y procedimos a ordenar. Pasó un buen rato y hablamos de varias cosas antes de que decidiéramos partir del lugar, pero justo en el momento en que nos levantamos para salir de ahí, la tomé de la mano y la invité a sentarse de nuevo, con la voz un poco temblorosa le comenté sobre lo sucedido el día anterior en el cine, a ella pareció no importarle mucho lo que le dije, es más, se atrevió a decirme que la estaba siguiendo o porque estaba solo en cine. Yo le comenté que acostumbraba a hacerlo cuando quería sentirme solo, que era estar en medio de mucha gente a la que no conocía ni le importaba (es como estar solo) … “muchas veces también me he sentido solo, aunque este rodeado de gente que dice quererme …Pero ella insistió en que la estaba siguiendo, le dije que eso no era importante en ese momento, pues yo solo le pedía una explicación de lo que había pasado.
Para sorpresa, se repetiría la historia, pues luego de que me dijera que yo era una gran persona y que lo que vivía conmigo no lo había vivido con otra persona antes, me dijo que había vuelto con su antigua pareja, que le había demostrado que la amaba de verdad y que cambiaría por ella. No me cabía en la cabeza como alguien querría estar de nuevo junto a una persona que tanto la había hecho sufrir, pero al final son decisiones de cada quien, me dijo que yo era una gran persona, pero que se quedaría con quien había amado primero y con quien más conocía. Al final acepté pensando que era lo mejor, pues no me gustaría amar a una persona que siente amor por alguien que no soy yo, también, que tal vez no fui traicionado, que solo acepté el amor de alguien que en realidad no me amaba y aunque lo sabía, lo ignoré y decidí luchar para poder cambiarlo, pero esta vez perdí, es que en el corazón nadie manda, eso se sabe y también que el amor jamás ha sido correspondido, solo que alguno de los dos decidió aceptar amar sin ser amado y el otro se acostumbró a recibir amor, sin corresponder, pero teme no ser amado por alguien más.
Ese fué el último día que la ví, después que nos diéramos un fuerte abrazo, partimos cada quien para su lado y jamás volvimos tan siquiera a llamar o escribir, fue como si despertara de un sueño maravilloso, ese sueño que recuerdas con agrado, pero que sabes que jamas se repetirá, que aunque todas las noches te acuestes pensando en eso e intentes volver a soñar, no será posible, hasta que algún día lo olvidas, solo que hasta hoy no podido olvidar y es como si lo soñara cada noche, pues cada mañana cuando me levanto, lo primero que se me viene a la cabeza, es ella, con su belleza, su dulzura, su sencillez y pasión, hasta que recuerdo que todo eso solo es pasado y lo más probable es que se quede así, en el pasado. Desde entonces, vengo a esta barra cada sábado, solo con la esperanza de que algún día vuelva a este lugar, tal vez no en las mismas condiciones, pero me alegraría solo con ver de nuevo su rostro, y observar su sonrisa, hasta hoy no ha sido posible, no sé en realidad, cuanto tiempo ha pasado desde que terminó, por esa razón no sabría decir, cuanto tiempo llevo viniendo a este lugar y cuantas veces e partido de aquí, jurando no regresar, pero siempre vuelvo, siempre con la esperanza viva, aunque tenga el corazón a punto de morir, a veces quisiera encontrar la forma de olvidarla por completo, no sé si haya una manera de hacerlo, pues ya pensé incluso en acabar con mi vida para curarme de todo, pero no fui capaz, solo el pensar en que me iría sin volverla a ver, me hizo retroceder de nuevo a mi dolor, prefiero vivir con dolor, que morir sin saber de ella, así que amigo mío, no sabe cuánto le agradezco que haya escuchado mi historia, que se haya tomado ese tiempo que tal vez tenía destinado para disfrutar, pero prefirió escuchar la historia de un pobre hombre ebrio.
Yo, que solo había ido a ese lugar para tomar una copa y pasar un buen rato, pues no tenía algo que celebrar, ni penas que ahogar en el alcohol, ya que por el miedo a sufrir evitaba enamorarme, pero por evitar el amor, jamás había tenido un triunfo o un fracaso, solo me quedé pensando un rato, luego me despedí de aquel hombre y me marché a casa. Nunca más lo volví a ver, es más tampoco regresé a ese lugar, hasta hoy, pues decidí pasar por unas copas de licor, para calmar un dolor en el corazón, un desamor. Realmente aquel hombre me dejó impactado con su historia de amor y me hizo querer enamorarme y vivir mi propia historia, pero hoy fracasé y fui a ese bar con la intención de ahogar las penas en alcohol, bebí poco en realidad, pues me interesé más por saber que había pasado con aquel hombre, que por calmar mi dolor. Le pregunté al mesero si tenía alguna razón de lo que había pasado con él y me dijo que lo que sabía, es que ahora era un hombre muy feliz y enamorado, que lo vio en la misma situación un par de veces y que las mimas veces lo había visto tomar para olvidar, pero que la última vez, volvió con una mujer a la que conoció en ese mismo lugar, pero que ambos estaban celebrando, celebraban su compromiso, y que al día de hoy ya deberían estar casados, pagué mi cuenta y lle agradecí al mesero, luego me fuí  mi casa pensando en aquel hombre. Tampoco sé realmente lo que pasó con aquella mujer, pero creo que fracasó de nuevo, luego encontró a alguien que realmente la amaba, pero resulta que era con alguien que seguía fracasando en el amor.
Espero que al día de hoy ellos sigan siendo felices y que lo sean hasta la muerte, yo por lo tanto, después de terminar de escribir, me sentaré a pensar y a reflexionar un poco sobre este tema y espero llegar a una conclusión, pues no sé si vale la pena seguir luchando por amor así tengamos que sufrir o desistir e intentar se feliz en mi soledad. No he decidido si disfrutar del amor, o seguir disfrutando mi vida sin enamorarme, solo espero que la decisión que tome, me haga sentir bien y que sea la correcta.
Solo me queda decir que: si amas a alguien en este momento, asegúrate de que también usted sea amado y si usted es amado y no siente lo mismo por esa persona, analice y decida que es mejor, si empezar a cultivar el amor o alejarse antes de que haga más daño.
fin
By: Yackley